19 de junio de 2011

RECONSTRUCCION

--Recuperando el sentido de este blog, integro una reconstrucción.

Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”
Licenciatura en Educación Secundaria con especialidad en Telesecundaria
Trabajo docente I.  Mtro. Abel Mendoza Condado
Reconstrucción: situación relevante, indisciplina del alumnado
Presenta: Miguel Ángel García Pérez
Xalapa, Ver., a 17 de noviembre de 2010

Detección del problema y Descripción.
La presente reconstrucción toma como referencia la jornada completa, rescatando la situación problemática consistente en desatención del grupo con tendencia a platicar mucho, obligando a elevar el tono de voz para darles las indicaciones. Lo mismo se suscitó ayer, sin embargo, pensé que podría deberse a lo cambiante que es un grupo, lo cual al parecer no fue así, toda vez que continúo hasta el día de hoy.
El trabajo en las asignaturas de Ciencias y Español fue en equipo, la actividad se realizaba, porque mi supervisión fue constante, para agilizarlos y resolver dudas, pero al momento de socializar no atendían las indicaciones o prestaban atención a quien explicaba o daba sus opiniones. Razón misma que sugirió constantes llamadas de atención, así como pedir a quien comentaba sobre la clase que se esperara hasta que el resto del grupo guardase silencio.
Lo anterior funcionaba por unos instantes, porque no tardaban en volver a “cuchichear” y escucharse un bullicio que impedía una comunicación efectiva. Incluso, era necesario, decir a quien estaba hablando:
-Puedes comentar lo que acaba de decir tu compañero.  
Incluso, se dio el caso de algunos equipos en español que estaban platicando e iniciaron la redacción de su prólogo 15 minutos después, en otros casos solo trabajaban dos de los cinco integrantes, la discusión no integraba al equipo completo. Con excepción de un equipo donde hay una clara intención de fomentar la discusión, aunque hay una tendencia a imponer lo que la mayoría dice, sin considerar a los menos aventajados, como el caso del equipo de Guadalupe, Diana, Vanity, Arturo y Pablo, quienes no apoyan a éste último, simplemente le dicen: -Anota Pablo, ¿Qué esperas? Esta situación estuvo presente en la clase de ciencias.
Cabría abrir un paréntesis para denotar que en ciencias, al iniciar el trabajo por equipos, se les pidió que se conformaran con sus compañeros de equipos fijos, y al momento surgieron protestas, a decir de ellos, aburre trabajar con los mismos, otros comentaron: “es que los que están conmigo no hacen nada”.
Por otra parte, les comenté:
-Jóvenes por favor guarden silencio que no dejan escuchar ni puedo dar las indicaciones, luego me están preguntando qué hay que hacer, a menos claro, que quieran tener problemas conmigo, porque creo que en cuestiones de disciplina no he sido muy estricto, dado que son un grupo que sabe comportarse. Por eso, jóvenes, pido su comprensión, de verdad, que no les va a agradar, es más, en mis anteriores prácticas tendía  a ser muy estricto.
En ese momento les mostré cómo podría ser, que hasta por no abrir la libreta a tiempo los regaño, por reírse o no sentarse correctamente, además de mantener un tono de voz muy alto e intransigente.
Como la actitud de los jóvenes era persistente, mi voz empezaba a perderse por el esfuerzo, opté por guardar absoluto silencio, poco a poco fueron disminuyendo el volumen hasta observarse unos a otros, opto por irme a sentar a uno de los pupitres de los alumnos, solo digo a Enrique que continúe comentando los elementos faltantes en el prólogo que evalúo su equipo.
A partir de ese momento de silencio, de más de un minuto, los alumnos guardaron silencio y continuaron con la actividad. Les comenté que hicieran las notas necesarias al final de la revisión para que al corregir se consideraran dichos puntos.
Análisis
En ningún momento llegué a exaltarme o regañarlos, mucho menos con gritos, partiendo del supuesto de que estarán conmigo todo el ciclo escolar, así que es mejor llevar un ambiente pacífico. Hay diversas concepciones sobre lo que debe ser la disciplina, mi ideal es ser bastante estricto, siempre he creído que la juventud requiere mano dura, pero la teoría sugiere que es parte de la idiosincrasia del adolescente mostrar ciertas inquietudes, lo cual de ninguna manera debe traducirse en permitir un ambiente discordante.
Dada su edad, Fontana (1999) menciona diversas razones por las que el alumno muestra comportamientos inadecuados, entre ellas y con base en el conocimiento que tengo del grupo, me atrevo a decir que podría deberse a: aburrimiento, problemas de convivencia con sus coetáneos, porque dudo que su intención sea “perturbar la clase o molestar al profesor” como también menciona el autor.
Acerca de la conformación de equipos fijos, los cuales, fueron conformados por mí al inicio de bloque, considerando sus características, de tal forma que existiera la mayor heterogeneidad posible, Zabala (2003) comenta que “las funciones fundamentales de los equipos fijos son dos. La primera es organizativa y debe facilitar las funciones de control y gestión de la clase. La segunda es de convivencia, ya que proporciona a los alumnos un grupo afectivamente más accesible”.
Hay una explicación que Zabala (2003) refiere sobre los conflictos en el aula, a decir de él:
“El profesorado que desatiende a algún miembro del grupo, o que es irrespetuoso tiende a tener más conflictos de comportamiento. Algunos pueden controlarlos con unas normas de disciplina y castigos que disuadan al alumnado a manifestarlos. Provocando en muchos casos una desmotivación hacia el aprendizaje.”
Afortunadamente, tal aseveración no se corresponde con lo que sucede en mi aula, porque en ningún momento he faltado al respeto a algún alumno, además de que no pongo castigos, lo que hago es apelar a su comprensión, acerca de la importancia de prestar atención a lo que se realiza en el aula, máxime cuando es el momento de la socialización.
En realidad, no me gusta que un alumno exprese sus opiniones y el resto lo ignore, debido a que termina expresándome solo a mí sus comentarios, remitiendo la actividad a un simple cotejo de su participación en la lista, situación no prioritaria, lo que se busca es el estudiante tenga la oportunidad de compartir experiencias de aprendizaje con sus compañeros y éstos puedan retroalimentar con sus esquemas la información que se presenta, con el fin de llegar a una solución completa sobre la situación que se trabaje.
Valoración.
En mi opinión, considero que el grupo en general tiene la madurez suficiente para comprender que es menester prestar la atención cuando se le requiere. No se trata, por supuesto, de que todo el tiempo estén en absoluto silencio, dado que si trabajó en equipo implica discusión, aunque comenté líneas arriba, que ésta era casi ausente.
Por otra parte, también puede ser que haya influido mi semblante, cuando creí que ya habían sido suficientes llamadas de atención y en total silencio mi rostro se tornó “enojado”, aunque era a final de cuentas una máscara para mostrar que estaban llegando al límite de mi paciencia. “Funcionó”.
 A diferencia de de prácticas pasadas donde situaciones de este tipo me llevaban a regañarlos, cayendo en numerosas ocasiones en los gritos, considero que supe controlar mi carácter y al grupo. Pudiera ser, que la indisciplina que en antes se me presentaba era debido a mi actitud, aunque si mantenía el control, pero a base de constantes regaños y gritos, lo cual no fue necesario en esta ocasión.
Reconstrucción
Considero que es necesario establecer reglas claras con el alumnado, si bien apelé a su comprensión no deje claro qué medidas podrían tomarse ante su comportamiento, toda vez que no es un ambiente favorable, en vista de que no permiten escuchar cuando llega el momento de socializar la actividad.
De igual forma, hubiera sido pertinente comentar con el grupo, cuál era la razón de que estuvieran con esa actitud, considerando que en ambos días se ha presentado. También, pueden reajustarse las actividades a modo de que sea trabajo individual o en binas, posiblemente el ser más de tres personas por equipo contribuyó al desorden.
De igual manera es preciso comentar que me ha faltado hacer notar la importancia de apoyar a sus compañeros cuando éstos tengan problemas con la actividad, en lugar de regañarlo, como pude observar, sería mejor mostrar solidaridad. Además de hacer hincapié en no darle las respuestas, sino explicarle el por qué de la respuesta, insisto en el carácter no efectivo del trabajo en equipo, se realiza y se cumple con la actividad que se les propone, pero no todos aprenden, solo unos cuantos, situación que en nada se asemeja a mis expectativas.
Por ende, es necesario reorientar el sentido formativo de la actividad, para no convertirla en un requisito administrativo, es decir, cumplir para obtener el punto correspondiente.
Bibliografía:

Casamayor, G. (coord.), Antúnez, R., Armejach, R., Checa, P., Giné, N., Guitart, R., Notó A., Rodón, A., Uranga, M. & Viñas, J. (1999). Cómo dar respuesta a los conflictos. La disciplina en la enseñanza secundaria. España: Graó
Fontana, David. (1999). La disciplina en el aula. Gestión y control. México: Santillana

No hay comentarios:

Publicar un comentario