Benemérita Escuela Normal Veracruzana
“ENRIQUE C. RÉBSAMEN”
LIC. EN EDUC. SECUNDARIA
“ENRIQUE C. RÉBSAMEN”
LIC. EN EDUC. SECUNDARIA
CON ESPECIALIDAD EN TELESECUNDARIA
Introducción a la Formación Cívica y Ética. Mtro. Gilberto González C.
KAREN BONILLA SANTAMARIA, PALOMA CASTILLO NAVA, MIGUEL ÁNGEL GARCÍA PÉREZ, GEOVANNI LUNA CORTÉS Y ESTEBAN SALAS CRUZ
14 de enero de 2010
La necesidad de que los alumnos analicen su propio conocimiento cotidiano como parte de la Formación Cívica y Ética.
El alumno no es una caja vacía, pues consigo trae una gama de experiencias que lo han dotado de un cúmulo de conocimientos, correctos en algunos casos y equivocados en otros. En este sentido buscamos que nuestro alumno tienda hacia un reconocimiento de ese bagaje obtenido a través de la cotidianeidad, ello, para nosotros, implica que identifique sus propias potencialidades, las cuales lo hacen único e irrepetible, comprenda que el mundo no es siempre lo que aparenta, detrás de una situación, proceso o evento hay una explicación, por ello es necesario fijar antes de integrar el conocimiento escolar, cuáles son esos saberes, para detectar cuál será el punto de partida.
Es necesario que el alumno reflexione sobre su propio conocimiento, porque al momento de ponerlo frente a frente con el escolar su mente habrá de entrar en conflicto, respecto a la veracidad de una u otra explicación, y requiere que exprese ese encuentro interno, dado que con ese conocimiento convive, siendo así más difícil de interiorizar el que la escuela pretende que entienda en una clase.
Además, para el caso de la Formación Cívica y Ética, le permitirá hacer un balance de lo que para él tiene valor dentro de la familia, los amigos y la sociedad, asimismo es posible detectar cuánto sabe del mundo en que vive, los problemas de la sociedad; cómo asume los valores propios de las sociedades democráticas, en especial aquellos que garantizan el respeto a otras culturas y la solidaridad con los demás, situación que es posible analizar de forma grupal de acuerdo a las observaciones que el maestro o los mismo alumnos hagan respecto a su participación dentro del aula en este sentido.
De lo que el alumno identifica como conocimiento cotidiano es posible que él mismo analice cuál es útil o en su defecto desadaptativo, ello por supuesto podrá ser comprendido en la medida que la escuela facilite los elementos escolares adecuados, que esclarezcan lo que ya conoce, con la finalidad de integrar un nuevo conocimiento, pues lo cotidiano es base para los nuevos saberes, sea correcto o erróneo. Si es acertada la información que trae, consideramos que se reforzará con la escuela, obteniendo así un saber fuertemente cimentado, porque comprende la relación entre lo cotidiano y lo escolar.
En definitiva, el alumno necesita reconocer que conocimientos ha adquirido a través de la relación con la cotidianeidad, para partir de ellos hacia lo escolar.
Introducción a la Formación Cívica y Ética. Mtro. Gilberto González C.
KAREN BONILLA SANTAMARIA, PALOMA CASTILLO NAVA, MIGUEL ÁNGEL GARCÍA PÉREZ, GEOVANNI LUNA CORTÉS Y ESTEBAN SALAS CRUZ
14 de enero de 2010
La necesidad de que los alumnos analicen su propio conocimiento cotidiano como parte de la Formación Cívica y Ética.
El alumno no es una caja vacía, pues consigo trae una gama de experiencias que lo han dotado de un cúmulo de conocimientos, correctos en algunos casos y equivocados en otros. En este sentido buscamos que nuestro alumno tienda hacia un reconocimiento de ese bagaje obtenido a través de la cotidianeidad, ello, para nosotros, implica que identifique sus propias potencialidades, las cuales lo hacen único e irrepetible, comprenda que el mundo no es siempre lo que aparenta, detrás de una situación, proceso o evento hay una explicación, por ello es necesario fijar antes de integrar el conocimiento escolar, cuáles son esos saberes, para detectar cuál será el punto de partida.
Es necesario que el alumno reflexione sobre su propio conocimiento, porque al momento de ponerlo frente a frente con el escolar su mente habrá de entrar en conflicto, respecto a la veracidad de una u otra explicación, y requiere que exprese ese encuentro interno, dado que con ese conocimiento convive, siendo así más difícil de interiorizar el que la escuela pretende que entienda en una clase.
Además, para el caso de la Formación Cívica y Ética, le permitirá hacer un balance de lo que para él tiene valor dentro de la familia, los amigos y la sociedad, asimismo es posible detectar cuánto sabe del mundo en que vive, los problemas de la sociedad; cómo asume los valores propios de las sociedades democráticas, en especial aquellos que garantizan el respeto a otras culturas y la solidaridad con los demás, situación que es posible analizar de forma grupal de acuerdo a las observaciones que el maestro o los mismo alumnos hagan respecto a su participación dentro del aula en este sentido.
De lo que el alumno identifica como conocimiento cotidiano es posible que él mismo analice cuál es útil o en su defecto desadaptativo, ello por supuesto podrá ser comprendido en la medida que la escuela facilite los elementos escolares adecuados, que esclarezcan lo que ya conoce, con la finalidad de integrar un nuevo conocimiento, pues lo cotidiano es base para los nuevos saberes, sea correcto o erróneo. Si es acertada la información que trae, consideramos que se reforzará con la escuela, obteniendo así un saber fuertemente cimentado, porque comprende la relación entre lo cotidiano y lo escolar.
En definitiva, el alumno necesita reconocer que conocimientos ha adquirido a través de la relación con la cotidianeidad, para partir de ellos hacia lo escolar.
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