25 de febrero de 2010

RELACIÓN ENTRE LAS ENTREVISTAS REALIZADAS A ADOLESCENTES Y EL TEXTO DE SUSAN HARTER.

El presente texto tiene por objeto establecer una relación entre lo recabado en entrevistas a adolescentes y lo que expone Susan Harter.
En primer lugar mencionare la notoria contradicción existente en la definición de si mismo que los adolescentes plantean, pues por un lado, dicen: "soy alegre, pero también muy enojona" sólo por citar un ejemplo, en este sentido es menester mencionar que el adolescente lucha para reconciliar esas diferentes personalidades y determinar cual es el verdadero yo, tal como lo dice Harter, ya que al decir que es alegre y enojona a la vez le crea confusión e incluso duda al momento que lo menciona, por lo que no puede explicar la razón de actuar de este modo.
Asimismo es posible constatar que la identidad es una construcción social, en el sentido, que fue posible escuchar que los adolescentes dan importancia a lo que los padres esperan de ellos, y no sólo eso, sino también reconocen ciertos valores que propician la convivencia en la sociedad (hablan de responsabilidad, ser "mejores" personas a futuro), por lo que hay cierto grado de conciencia sobre lo que el mundo les exigirá en un futuro, aunque actualmente no actúan así, saben que deberán hacerlo, de ahí que quieran ser "mejores" personas, podemos decir que están probando identidades antes de que el medio les de una sin considerar elecciones.
Por otro lado Susan Harter habla de la serie de personajes que no siempre hablan con la misma voz, y este rasgo pude escucharlo en una entrevista grabada, pues la joven mencionaba que no se comportaba de igual forma cuando estaba con sus amigos que con sus padres, ya que con los primeros hecha "relajo" y con los segundos dice ser callada, por lo que tenemos una misma adolescente con distintas formas de comportarse ante diferentes personas, esto es que, las presiones de socialización requieren que los adolescentes desarrollen distintas personalidades en sus diferentes roles (como hijo, amigo, novio u otro).
En otro plano los adolescentes tienden a destacar aspectos emocionales, pues algunos se autodefinían como flojos, intolerantes, indecisos o pacientes; rasgos que se relacionan con lo que no podemos ver, tal vez si suponer a través de la observación, pero el hecho que el joven lo reconozca habla de una mirada introspectiva, hacia aquellos atributos privados de la personalidad que son en gran medida invisibles, esto en palabras de Harter, esto es, el joven evalúa o mejor dicho intenta evaluar su forma de ser, estableciendo lo que le gustaría cambiar, como por ejemplo el dejar de ser indeciso, mencionado en una entrevista.
En definitiva, podemos percatarnos a través de lo expuesto la coincidencia con lo planteado en el texto de Susan: los adolescentes se contradicen en el intento por responder ¿quién soy? Asimismo reconocen rasgos positivos y negativos correspondientes a su forma de actuar que es necesario modificarlos en algunos casos todo con el fin de vivir en convivencia social.


Bibliografía: Harter. Susan, (1997). Desarrollo de la personalidad y de la identidad, formación de la identidad en S. Shirley Feldman y Glen R. Elliot. The Developing Adolescent, Cambridge, Massachusetts Harvard University Press, pp. 352-368 y 375-387

Anexo

Concepto de identidad. Entiendo por identidad personal a aquella forma del pensamiento de si mismo que tiende a responder a la pregunta ¿Quién soy yo? En este sentido tiene que ver con nuestra historia de vida (las experiencias que lo nos han formado, lo cual da cierto sentido a nuestra forma de ser y hacer), la cual será influida por el contexto sociocultural en que se vive.
También hay que reconocer, a partir de lo afirmado, que la identidad va "cambiando", al igual que el contexto, y cuando decimos que cambia nos referimos a ligeras modificaciones que en ningún momento han de ser drásticas, sino que van adaptándose a las situaciones.
Asimismo aprovecho la oportunidad para diferenciarla de la personalidad desde mi respectiva, así pues, tal convergencia estriba en que ésta reúne las características que definen a una persona, esto es, los pensamientos, sentimientos, actitudes, hábitos y conductas de cada individuo, que hacen que las personas sean diferentes a las demás.
Entonces la identidad permite ser consciente de la personalidad, pues si una persona no se siente con personalidad, es porque no se ha identificado a si mismo, esto es no se conoce. La identidad es la forma de verse a si mismo, mientras la personalidad conjunta las características que la definen.


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