Entendemos que las estrategias de aprendizaje llevadas a cabo por el maestro tienen como objetivo primordial que los alumnos aprendan a aprender, para lo cual hay que considerar que el profesor, cumple dos papeles, el primero se refiere al de aprendiz, donde él realiza el estudio de un tema para su posterior enseñanza en el ala, por otro lado, el papel de docente, donde a partir del estudio del tema: prepara, imparte y evalúa las sesiones de enseñanza, por lo que ambos roles están interconectados y es pertinente no separarlas, para lograr que los alumnos puedan adquirir estrategias de aprendizaje, tal como el profesor las utiliza al aprender.
Cuestiones previas con respecto a cómo se enseña y cómo se “aprende a aprender”.
Desde un inicio, os niños forman una concepción acerca del mundo circundante, gracias a un proceso de culturización donde los agentes sociales (adultos) cumplen con una función mediadora para el aprendizaje entre el niño y el conocimiento. De tal afirmación, es preciso reconocer que el niño es un aprendiz, es decir, está aprendiendo y debe aprender a aprender más y mejor.
Asimismo, el niño aprenderá en la medida que los adultos utilicen procedimientos capaces de utilizar información necesaria del entorno útil al aprendiz, de esta forma éste interioriza procedimientos que le ayudan a comprender lo que se le enseña.
Enseñar y aprender.
Llegados a este punto, podemos afirmar que enseñar consiste en la transmisión de información mediante la comunicación directa o apoyada en la utilización de procedimientos específicos, mientras aprender es el proceso por el cual una persona es entrenada para comprender y dar solución situaciones. De aquí consideramos que hay cierta tendencia del aprendiz a enseñar de la misma forma en que aprendió. Sin embargo, las estrategias que el niño utiliza podrían ser inadecuadas cuando se le exige un grado de reflexión, por ejemplo, existen formas mnemotécnicas para “aprender” ciertos conceptos conocimientos, pero lo único que se hace es memorizar, por lo que no se atiende a la reflexión. Dada esta situación es menester que el niño aprenda estrategias de aprendizaje adecuadas en la escuela, de ahí que el profesor debe estar formado en estrategias, sino como las va enseñar.
En la formaron de profesores es necesario, no sólo que conozcan o domine los contenidos sino que sean capaces de reflexionar sobre sí mismos, en cuanto a la forma de enseñar se refiere, es decir, su didáctica, además de saber hacer frente a las situaciones que se pueden suscitar. Entonces, lo que se demanda es responsabilidad tanto del alumno como del profesor. Por ende, es maneja al profesor como aprendiz y como enseñante.
En primer plano, el papel que le corresponde como aprendiz consiste en reconocer lo que debe aprender, cómo, cuándo y con qué finalidad, lo cual tiene que ver con tomar parte de su responsabilidad en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Así pues, el profesor debe estar dotado de herramientas de análisis que le permitan reconocer la situación en la que se desarrolla su actividad, para poder responsabilizarse de su papel como aprendiz y como docente estratégico.
Como decía Fernando Savater, nadie enseña algo si antes no lo ha vivido, así pues se reconoce que para enseñar al alumno a utilizar estrategias de aprendizaje es menester que el profesor sea capaz de hacer uso de ellas, es decir, pueda aprender y enseñar estratégicamente los contenidos curriculares, con esto vemos que el maestro se convierte en un ejemplo a seguir por el alumno, en cuanto al uso de estrategias se refiere.
El profesor como aprendiz de su materia
Aquí cabe un punto de la lectura que maneja y hace referencia a la metacognición, la cual implica que el profesor conoce sobre su propio conocimiento y saber, además reconoce sus capacidades y limitaciones, con la finalidad de reflexionar sobre su quehacer y punto esencial como aprendiz estratégico; aunado a esto el profesor-aprendiz estratégico debe poseer la capacidad de regular su actividad, es decir, saber que busca la enseñar algo, cómo lo hará y con qué, esto con la finalidad de que si no funciona se puedan hacer ajustes sobre la marcha. Además, cabe recalcar que el poder reflexionar y regular el proceso de aprendizaje, sea profesor o no, proporciona pautas para un aprendizaje significativo y funcional.
La intencionalidad del profesor en el momento de aprender.
La intencionalidad radica en el propósito u objetivo que el aprendiz persigue al utilizar unos procedimientos de aprendizaje, al respecto hay que considerar que los objetivos son múltiples, entre los que podemos nombrar se encuentran: saber acerca de un tema, profundizar un conocimiento, consensuar un punto de vista o el de un profesor que es enseñar. Por tanto, el objetivo marcará los procedimientos de aprendizaje que utilizará y de que forma. Enfocando nuestra visión hacia el profesor como aprendiz, este debe enseñar a sus alumnos a aprender, esto es que, el profesor muestre al alumno procedimientos de tal forma que ellos también puedan utilizarlos en el mejoramiento de su aprendizaje.
Este punto se refiere al hecho de querer imponer estrategias al aprendiz, el sesgo resistente estriba en que ya poseen estilos de aprendizaje o se les impone sin tomarlos en cuenta, por lo que le objetivo de enseñar estrategias se torna difícil, pues no solo implica saber enseñar a aprender, sino modificar formas de aprendizaje arraigadas, por tanto se hace evidente la necesidad de atender la opinión del aprendiz, sus necesidades, intereses y motivaciones, para formarles estrategias informadas en base a sus características, esto es darles a conocer la utilidad y el valor que posee el uso de cierto procedimiento de aprendizaje.
El profesor como enseñante de su materia.
Cuando el profesor enseña estrategias a través de los contenidos, debe considerar que los procedimientos no se aprenden en la medida que se practican, sino cuando se es capaz de formar conexiones con los procedimientos previos. Por tanto es necesario que el profesor tome en cuenta los conocimientos previos de los estudiantes.
La influencia de la forma de enseñar sobre la manera de aprender del estudiante.
Los profesores poseen un estilo de enseñanza que se refleja en las estrategias que utiliza para enseñar, de esta forma los alumnos observan como se les enseña y adquieren el habito de aprender de esa forma, por ejemplo, si el maestro enseña mediante esquemas, el niño hará lo mismo, pero si, lo hace con cuestionarios, el niño lo hará, propiciándose sólo un aprendizaje mecánico sin reflexión alguna.
Lo que se busca es que el alumno alcance un grado de reflexión sobre lo que hace y cómo lo hace, así podrá transferir las estrategias a diversos campos de aplicación (otras asignaturas o a la vida diaria) con poca o sin ayuda del profesor.En definitiva, la formación del profesor en estrategias de aprendizaje debe estar presente desde su formación inicial, asi como en la continuada.
Referente:
Carles Monereo (coord.), Montserrat Castelló, Mercè Clariana, Montserrat Palma, Maria L. Pérez. (1999). La necesidad de formar al profesorado en estrategias de aprendizaje. En
Estrategias de enseñanza y aprendizaje. Formación del profesorado y aplicación en la escuela. Barcelona: Graó