20 de septiembre de 2011

Comentario: conferencia, Retos de la desigualdad educativa, Sylvia Schmelkes

No es pesimismo, es optimismo realista, pero considero que la desigualdad seguirá presente muchos años más, y si la crisis financiera se agudiza menos recursos serán destinados  a la educación, lo cual reduce las oportunidades de acceso de muchos alumnos, aunque la autora diga que lo socioeconómico no es determinante, si es un factor implícito dentro de la deserción, pues el alumno reprueba dado que no cumple con lo que la escuela exige es quizá porque tiene que trabajar para ayudar a su familia y entonces poco tiempo destina al estudio.
            Hoy la escuela es obligatoria porque así lo dice una ley, sin embargo los alumnos no comprenden o no encuentran la utilidad de asistir a ésta, si les pregunta una buena parte de ellos señala que porque sus padres los mandan. Partiendo del hecho de que contamos con alumnos asistiendo a clases por las razones que sean es misión del plantel formar en el estudiante aquello que sin darse cuenta va adquiriendo, como en este caso la autora lo destaca: brindar oportunidades de inserción a la vida democrática, o mejor dicho, busca formar para sociedades que les falta este tipo de cultura (considerando a México como un país con alto grado de corrupción) y poca participación en las decisiones que repercuten en todos nosotros.
            Si bien es cierto en cobertura se ha avanzado, la desigualdad sigue presente, toda vez que coincido con Schmelkes (2007) con el hecho de que los Planes y programas de estudios nacionales al ser uniformes para una población que no lo es, es decir, que no se adecua a sus características culturales, se da un nuevo proceso que es el de selectividad donde sólo permanecen en el aula aquellos que por sus habilidades no van a dar a la guillotina de la reprobación, y los que no lo logran probablemente pasen a formar parte de las estadísticas de deserción escolar, disminuyendo así la capacidad del sistema educativo para lograr la eficiencia Terminal.
            Por otro lado, y muy relacionado con lo anterior la selectividad tiende a comparar, lo cual genera mayor desigualdad, pues aquellas escuelas que obtienen mejor resultados educativos son las que son apoyadas por el gobierno, con lo que se rezaga más el posible progreso de las que tuvieron la mala suerte de salir bajos, pues no hay equidad, no se la da a cada quien lo que necesita, en realidad se le está dando a quienes “ya no necesitan” (podríamos decir con cierta relatividad). Entiendo que quienes requieren de apoyo son quienes mayores problemas presentan, lo cual no sugiere un descuido a los que mejores resultados demuestran.
            Cabe mencionar un dato interesante y que había escuchado en numerosas ocasiones, llegando a constatar su veracidad y es que los padres de familia mandan a sus hijos con la intención de obtener el certificado de secundaria, al menos para quienes ya no estudiaran, la desventaja de ello es que al alumno poco o nada le interesa lo que se está enseñando, porque finalmente ya no estudiará, y si reprueba los padres llegan a interceder por ellos, pidiendo al maestro que lo apruebe, pues necesita del certificado o en otros casos piden que los aprueben o de lo contrario serán desertores, entonces ¿Qué hacer? ¿Aprobar a un alumno que no se interesa en su formación y fomentar el conformismo, si al fin y al cabo lo aprobaré?
            En realidad hay muchos factores dentro del sistema educativo o ajenos a él que permitirán que la desigualdad continúe, entre ello resalta la pobreza…

12 de Febrero de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario