Primero que todo es preciso reconocer que tanto en el México prehispánico como en la colonia existió el sesgo religioso como parte distintiva de la educación, con la diferencia que antes de la colonia había inclinación por varios dioses (politeísmo) y durante la colonia se buscó instruir la fe católica, mediante la educación (misiones, evangelización), como el lego franciscano, que de acuerdo a Kobayashi “estaban convencidos que su oficio era predicar y enseñar día y noche a los niños indígenas”.
Por otro lado, un punto rescatable es lo que refiere a la educación náhuatl, donde el papel del maestro o temachtiani era enseñar a vivir, obedecer y respetar a las personas (forma de vivir), lo que en palabras de León Portilla es “hacer que los educandos tomen un rostro, lo desarrollen, lo conozcan y lo hagan sabio”, así la instrucción religiosa estaba en los cantos divinos que aprendían.
Por su parte, la educación mexica tenía presente a la religión en el Tepochcalli e Ichpocallli, aunque eso no significa que las demás instituciones no la tuvieran, lo que sucede es que estas dos tenían como fin la enseñanza religiosa, crear guerreros y la dedicación al templo principalmente. Aunque hay que reconocer que había “diferenciación de clases”, ya que por ejemplo los plebeyos (macehualtin), asistían a las escuelas de jóvenes, llamadas Telpochcallis, que había en cada barrio, dotándolos para el ejercicio militar y el trabajo, mientras la nobleza asistía al institución que se hallaba dentro del recinto ceremonial, donde recibían instrucción con miras a la dirección y mando político.
Así pues, esta vertiente de diferencias siguió de alguna u otra forma durante la colonia, aunque con características propias, pues así como en la prehispánica había escuelas de acuerdo al status social, también en ésta época, de acuerdo con Tanck Estrada, durante la existencia del Gremio de maestros de primeras letras, éstos competían contra las escuelas pías, que eran escuelas para aquellos que no tenían con que pagar la educación de sus hijos, las escuelas gratuitas que aunque como su nombre indica gratuidad los padres podían sostener a sus hijos en el aparato escolar, y en lo que respecta al propio gremio, además de impartir la doctrina cristiana y enseñar a leer, optaban por escritura y aritmética. He aquí un punto destacable: tanto la doctrina cristiana como enseñar a leer eran asignaturas obligatorias para todas las escuelas sin importar clase social.
Ahora bien, como notamos la frase Gremio de maestros alude a los primeros indicios de lo que actualmente conocemos como sindicatos, pues uno de los propósitos de su conformación era proteger a los miembros del gremio de la competencia, casi “como sucede hoy en día”.
Por otro lado, encuentro un punto de acuerdo con el Gremio de maestros al exigir la examinación de preceptores que ingresaron sin hacerlo, ya que, en efecto podría no garantizarse el aprendizaje esperado por aquellos que demostraron tener las características requeridas para el ejercicio de maestros, esto viene al caso, pues a lo que voy, es que actualmente esto se da, aunque de forma diferente, esto es que, existen casos donde no se presentan exámenes de oposición, porque ya se tiene una plaza (la del papá, mamá o algún otro familiar) o igual y si presenta el examen pero no lo pasa, si bien es cierto, podría ser que en efecto el aspirante recibió una formación para el puesto que pretende, pero esto no garantiza que haya adquirido las habilidades, conocimientos y destrezas que constituyen el perfil de un docente, por ende el examen es una buena forma de poner a prueba sus verdaderas competencias, sin embargo hay una pequeña paradoja, antaño el gremio de maestros “no toleraba” este tipo de acciones y hoy los sindicatos o a través de ellos se consigue este tipo de movimientos o acciones, las cuales encuentro execrables. Cabe mencionar como aclaración que esta sugerencia de examinar a los preceptores que no lo fueron, es la primera ordenanza solicitada por los maestros de primeras letras al conde de Monterrey.
Y para no hacer más extenso y tedioso esta reflexión, esperando que cumpla su cometido como instrumento de critica, sólo quiero hacer énfasis en los siguiente: el poder conocer las primeras escuelas, tanto prehispánicas como coloniales, nos hace ver cual ha sido el papel de ésta y sus agentes, podemos visualizar, que hoy día la religión no es parte del plan de estudios (salvo en particulares), que aunque existen escuelas gratuitas y particulares se busca la igualdad, dando la misma educación, entre otras cosas, siendo el rol del docente de suma importancia para el cumplimiento de los propósitos y objetivos de la educación básica de México, tal como lo fue en las épocas que citamos, ya fuera el Temachtiani o el preceptor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario